La vaginitis es una inflamación del revestimiento de la vagina. Existen varios tipos de vaginitis, como la vaginitis infecciosa, la vaginitis no infecciosa y la vaginitis atrófica. La vaginitis infecciosa generalmente es causada por bacterias (Trichomonas vaginalis) o levaduras y se presenta en varias formas. En el caso general, este tipo de patología se produce por un estilo de vida poco saludable: tabaquismo, relaciones sexuales con varias parejas, mala alimentación, estrés, etc. Pero también puede aparecer a raíz de una enfermedad como la diabetes u otras. Luego está la vaginitis no infecciosa causada principalmente por el uso de espermicidas o ciertos productos dermatológicos (jabones, etc.) que no son adecuados o por una lubricación insuficiente durante las relaciones sexuales. Por último, hablamos de vaginitis atrófica cuando se presenta durante la menopausia o tras una cirugía en los ovarios.
Síntomas de la vaginitis
Varios síntomas indican la presencia de vaginitis. En el caso general, la mujer tiene picazón severa en la vulva, la vagina o ambas. A veces, estos últimos se irritan mucho durante las relaciones sexuales. Además, puede producirse un flujo vaginal blanquecino en el caso de una infección por levaduras, acompañado de un olor bastante desagradable. Hay que tener en cuenta que una infección por Trichomonas Vaginalis puede producirse sin que la persona infectada se dé cuenta durante años.
Tratamientos homeopáticos para la vaginitis
En el caso de una secreción vaginal particularmente caliente, es aconsejable tomar Natrum Muriaticum 15 CH. Pero si el flujo vaginal se acompaña de un olor inusual y dolor de espalda, se debe usar Carbonicum Acidum 15 CH en su lugar. Cuando el flujo vaginal es amarillento, oloroso y con picazón, el remedio recomendado es Kreosotum 15 CH. Estos remedios están disponibles en forma de tabletas para disolver en agua.
¿Cuándo debe consultar a un médico?
En el caso general, es recomendable consultar a un ginecólogo si la vaginitis persiste a pesar de los tratamientos que ya se han realizado. Así que, si el dolor de espalda continúa o el picor va acompañado de fiebre, no dudes en acudir a la consulta del médico. Además, en el caso de que la enfermedad reparezca después de cierto tiempo, también es recomendable buscar el consejo de un médico porque es posible que la patología no sea vaginitis. Por último, hay que tener en cuenta que la vaginitis infecciosa, en particular una infección causada por el protozoo Trichomonas vaginalis, aumenta el riesgo de enfermedades de transmisión sexual. Por lo tanto, es importante buscar tratamiento lo antes posible.