Para evitar complicaciones, los trastornos oculares deben tratarse de forma integral, aunque en la mayoría de los casos las afecciones sean benignas. Los remedios homeopáticos son soluciones efectivas pero suaves para controlar estos trastornos.
Trastornos oculares y sus manifestaciones
Varios trastornos pueden afectar al ojo. Algunos son causados por microbios y virus, otros son causados por alergias y otros son causados por moretones de diversos orígenes. Estos trastornos pueden ocurrir a cualquier edad.
El síndrome del ojo seco puede ser causado por la evaporación excesiva del líquido lagrimal del globo ocular. En el momento de la menopausia, las mujeres pueden verse afectadas por ella debido a la disminución de la secreción de lágrimas. Los trastornos se manifiestan entonces como una sensación de ardor y, a veces, el paciente tiene la impresión de tener arena en el ojo, lo que también afecta a su visión. Además, las molestias también pueden manifestarse como picor en el ojo.
El síndrome de los ojos rojos no causa dolor ni disminución de la agudeza visual. El trastorno suele deberse a la fragilidad de los capilares, lo que explica el derrame de sangre debajo de la conjuntiva. Esta hemorragia subconjuntival provoca un enrojecimiento homogéneo que puede ser espontáneo o postraumático. Puede suceder que el enrojecimiento se concentre en la periferia de la córnea, tomando así la forma de un círculo periqueratático que puede perturbar la agudeza visual.
El ojo morado, por otro lado, es un traumatismo que afecta a los tejidos y causa una coloración azul violácea alrededor del ojo. Por lo general, se debe a un choque causado por un puñetazo, un golpe de una pelota u otro. Por lo general, esta contusión no es grave.
El orzuelo también es un trastorno bastante común. Se trata de un forúnculo que aparece en la base del párpado de la pestaña, originado por una bacteria llamada estafilococo. El chalazión, una variante del orzuelo, es un nódulo inflamatorio subcutáneo que aparece en una glándula sebácea del párpado.
La conjuntivitis es la más común y se manifiesta como enrojecimiento del ojo e irritación de la conjuntiva. El paciente está sometido a un lagrimeo continuo y en ocasiones puede aparecer pus que, a medida que se seca, pega los párpados.
Síntomas asociados a los agujeros oculares
Los síntomas de los trastornos oculares suelen ser fáciles de reconocer y ya permiten un diagnóstico adecuado. Una persona con ojo seco no puede tolerar la luz ni las corrientes de aire. Además, la picazón en el ojo anuncia o muestra la afección. Los síntomas del ojo rojo, por otro lado, se confunden con las manifestaciones del trastorno que hacen que aparezca un enrojecimiento homogéneo, a diferencia de la conjuntivitis, para la cual se nota un enrojecimiento heterogéneo difuso.
Aliviar los trastornos oculares con métodos suaves
Los remedios homeopáticos tienen la particularidad de ser menos agresivos que los remedios convencionales. Elaborados a partir de sustancias naturales, se administran incluyendo dosis infinitesimales de las sustancias responsables de la patología a tratar. La investigación condujo al desarrollo de fármacos adecuados para cada caso. El método homeopático generalmente tiende a establecer un tratamiento en el fondo de las enfermedades para evitar recurrencias. Se pueden citar algunos ejemplos. Así, Natrum muriaticum fue desarrollado para los ojos rojos (color generado por la hemorragia conjuntival) y los ojos secos con sensación de arena en los ojos. Además, hasta que desaparezca el enrojecimiento, Hamamelis virginiana 5 CH, debe tomarse a razón de 5 gránulos tres veces al día. El lycopodium trata el ojo seco, cuyo dolor se agrava con la noche y una temperatura bastante alta. Para tratar un ojo "morado", también es aconsejable tomar Arnica Montana 9 CH y Ledum palustre 5 CH, a razón de 5 gránulos de cada uno, 4 veces al día durante 1 semana. El examen por parte del oftalmólogo también puede tener el efecto secundario del deslumbramiento, cuya duración se puede reducir tomando 5 gránulos de Belladonna 5 CH cada cuarto de hora durante 1 hora.
¿Cuándo consultar a un médico?
En el caso general, siempre es recomendable consultar a un médico si el paciente es un niño o un bebé. Así, si el niño está sujeto a un lagrimeo intenso, si sus párpados están hinchados o si se liberan secreciones purulentas, el oftalmólogo es el único autorizado para prescribir el remedio adecuado. Del mismo modo, si el recién nacido se ve afectado por una obstrucción de los conductos lagrimales o tiene afecciones nasales, se debe evitar a toda costa la automedicación.