Los brotes de nasofaringitis a menudo ocurren durante los períodos invernales. Debido a la benignidad de esta enfermedad, los síntomas que la caracterizan duran solo unos diez días como máximo. Sin embargo, los niños pequeños y las personas con inmunidad debilitada deben ser tratados adecuadamente, debido a su sensibilidad a los virus que causan la nasofaringitis. Generalmente, los síntomas causados por la nasofaringitis no persisten, sin embargo, pueden irritar a las personas con esta enfermedad respiratoria. Para brindarles más comodidad y reducir los signos de esta afección, se han desarrollado varios remedios homeopáticos.
Síntomas
En la nasofaringitis, la secreción nasal es el signo principal de la enfermedad. Si al principio la secreción es clara, luego puede espesarse y adquirir un color verdoso. El paciente también puede sentir hormigueo en las fosas nasales. La secreción nasal frecuente y abundante puede irritar el canal nasal. Cuando los virus llegan a la nariz y se propagan a la garganta, puede producirse irritación y congestión de esta zona y causar una tos leve.
La fiebre que se observa durante la nasofaringitis puede tener diferentes características. El paciente puede tener un ligero aumento de la temperatura, es decir, una fiebre por debajo de los 38,5 °C que se establece lentamente, o un aumento repentino de la temperatura. Mover a una persona de un lugar cálido a un lugar muy frío puede causar fiebre alta. En algunos casos, el paciente puede sentir una sed intensa.
El dolor de garganta, debido a la invasión de esta zona por virus, puede ir acompañado de dificultad para tragar, sensaciones de ardor o dolor intenso. La aparición de este síntoma puede ser repentina y complicada por la inflamación. Se puede observar sed intensa, fiebre e inquietud en el paciente con nasofaringitis. Beber una bebida caliente generalmente puede reducir la intensidad de estos dolores de garganta.
Tratamiento de la secreción nasal
Cuando la secreción nasal es clara, frecuente y abundante, Allium Cepa diluido con 5CH es la sustancia homeopática de elección. Cuando el revestimiento de las fosas nasales está irritado por la secreción frecuente, se recomienda Arsenicum Iodatum diluido a 5CH. La dosis de estos remedios es de 3 gránulos a tomar 3 veces al día. Colocados debajo de la lengua, los gránulos serán más efectivos. Cuando la secreción es de color amarillo verdoso, se recomienda Kalium Bichromium diluido a 9CH. Cuando las fosas nasales están obstruidas por abundante flema, se recomienda Mercurium solubilis diluido a 5CH a una dosis de 5 gránulos que se tomarán 3 veces al día.
Si
la fiebre sube gradualmente hasta estabilizarse en 38,5 °C y los demás síntomas de la nasofaringitis no son muy incapacitantes, se recomienda Belladonna 5CH. Tres veces al día, el paciente debe tomar 5 gránulos de Belladona. Cuando un cambio brusco de temperatura es la causa de la fiebre y ésta es baja, también es eficaz Ferrum Phosporicum diluido a 7 CH. En cuanto al Aconitum napellus 7CH, se recomienda en caso de fiebre alta, sudoración profusa y sed intensa. La dosis efectiva es de 5 gránulos que se deben tomar 3 veces al día.
Tratamiento del dolor de garganta
Cuando el resfriado repentino es la causa del dolor de garganta, se recomienda el acónito. Se recomienda diluir a 7CH o 15CH tan pronto como se contraiga el dolor de garganta. El paciente tendrá que tomar 5 gránulos, 3 veces al día. Además, la belladona también es el remedio adecuado en caso de que el dolor de garganta sea repentino, interfiera con la deglución y se acompañe de fiebre. Este producto homeopático se recomienda desde el primer día de aparición de la nasofaringitis. La dosis recomendada es de 5 gránulos de Belladona a tomar 3 veces al día.
¿Cuándo consultar a un médico?
Cuando el niño con nasofaringitis tiene menos de 3 meses y presenta un aumento de la temperatura, se recomienda acudir al médico. Cuando el niño enfermo tiene diarrea frecuente y abundante, también se recomienda llevarlo a un centro de salud lo antes posible. Además, en los adultos, cuando la fiebre supera los 39°C o cuando el episodio febril se arrastra, es imprescindible acudir al médico.