La enterocolitis es una inflamación del sistema digestivo. Se distingue entre enterocolitis necrotizante ulcerosa del recién nacido, enterocolitis por citomegalovirus y enterocolitis aguda. La enterocolitis aguda puede ser causada por envenenamiento por amebiasis u hongos venenosos, intolerancia a ciertos medicamentos como la colchicina o intoxicación alimentaria, generalmente por mariscos no frescos.
Los principales síntomas de la enterocolitis
La enterocolitis necrotizante ulcerosa del recién nacido se manifiesta por diversos signos clínicos. Se asocia con trastornos digestivos y síntomas generales. Los signos generales incluyen inestabilidad térmica, dificultad respiratoria y bradicardia. Los trastornos hemodinámicos acompañados de shock séptico, letargo e hipotonía son signos de enterocolitis. Los síntomas digestivos se manifiestan por la presencia de sangre en las heces, distensión abdominal acompañada de hinchazón e intolerancia digestiva con presencia de residuos gástricos. La radiografía del sujeto destaca la presencia de distensión intestinal, neumoperitoneo o íleo.
La enterocolitis aguda o gastroenteritis tiene un periodo de incubación que varía en función del germen responsable de la infección. Se trata de la inflamación del revestimiento del estómago que conduce a un trastorno digestivo. Esta enfermedad es de origen infeccioso y los gérmenes se transmiten a través de las manos sucias que han estado en contacto con las heces. Los virus responsables son numerosos e incluyen rotavirus, parvovirus y adenovirus, entre otros. La enfermedad también puede tener un origen bacteriano como el Staphylococcus aureus, la salmonela o la shigelosis. El paciente siente una sensación de malestar intenso, con o sin fiebre con apariencia de sudoración. Puede tener frío o calor, vómitos y dolor abdominal y gástrico y, a veces, diarrea.
La enterocolitis por citomegalovirus es una infección que se produce en un individuo con inmunosupresión grave. Se encuentra principalmente en personas que se someten a quimioterapia contra el cáncer o que tienen VIH y en pacientes que toman inmunosupresores después de un trasplante de órganos. Algunos remedios homeopáticos pueden tratar eficazmente la enterocolitis.
Tratamientos homeopáticos
Para tratar la enterocolitis, utilice Plumbum metallicum como tratamiento homeopático. Este remedio está hecho de plomo, un metal que se puede reconocer por su color gris azulado. Dependiendo de los trastornos, administrar Plumbum metallicum de 4 a 30 CH. Para aliviar los trastornos abdominales, el estreñimiento y los espasmos estomacales, tratar con 3 gránulos de Plumbum metallicum 9 CH, 3 veces al día. Reduzca la ingesta después de 2 semanas a 2 gránulos por la mañana y 2 gránulos por la noche.
Natrum Sulfuricum también se usa para tratar la enterocolitis. Es un remedio a base de minerales conocido como sulfato de sodio. Ayuda a recuperar a los pacientes que sufren diarrea y flatulencia. Administrar 2 gránulos de Natrum Sulfuricum 9 CH, 3 veces al día para aliviar las heces acuosas. Para un tratamiento modificador de la enfermedad en un sujeto con enterocolitis, haga que el paciente tome 5 gránulos de Natrum Sulfuricum 9 CH, 2 veces al día durante 3 meses.
El azufre también es eficaz en el tratamiento de la enterocolitis ulcerosa. Para aliviar la diarrea, administre 3 gránulos de Sulphur 15 CH una vez al día al despertar, durante 15 días.
¿Cuándo consultar a un médico?
La consulta médica es necesaria si no hay mejoría durante el tratamiento. Las fiebres altas y la diarrea son signos de alerta que justifican una visita al médico. Los recién nacidos con enterocolitis ulcerosa necrotizante deben ser monitoreados de cerca
por el médico.