El temblor es un trastorno que suele afectar a las personas mayores y provoca la oscilación involuntaria de una extremidad o de todo el cuerpo. A esto se le llama temblor senil, es decir, relacionado con la vejez. Sin embargo, el temblor puede ser de origen psicológico o neurológico. Así es como le puede suceder a cualquier persona bajo la influencia de la emoción, el miedo, la ansiedad u otros factores temblar. En muchos casos, el temblor puede compararse con la espasmofilia, es decir, con un trastorno del sistema muscular que se manifiesta en movimientos inconscientes.
Cualquiera
que sea el factor que desencadena un temblor en un individuo, siempre se caracteriza por una agitación involuntaria. Algunos tipos de temblor pueden estar relacionados con la edad e impedir ciertos gestos básicos como agarrar un objeto, escribir y otros. A veces, el temblor está precedido por una cefalea occipital o diplopía. Por último, un temblor puede ser un precursor de la enfermedad de Parkinson. Se manifiesta durante el reposo muscular, es decir, cuando el paciente no se está moviendo.
Temblor espasmódico
El temblor nervioso es el más común y no afecta a ninguna categoría de edad. Para tratarlo, la homeopatía recomienda una serie de remedios, incluidos Cicuta virosa y Argentum nitricum. Estos dos remedios son los más adecuados para evitar los temblores causados por un shock psicológico caracterizado por la falta de coraje. En cuanto a los temblores de origen emocional, la Pulsatilla y la Ignatia amara son las más recomendables. Por último, para los temblores caracterizados por exaltación y marcha indecisa, se recomienda el Agaricus muscarius.
Temblores y trastornos fisiológicos
Algunos temblores se acompañan de otros síntomas como dolor de cabeza, alteraciones visuales, incontinencia urinaria, diarrea y parálisis. El gelsemium sempervirens es uno de los remedios homeopáticos básicos para controlar estos diferentes síntomas. Pero también es posible combinar diferentes remedios para reducir la gravedad y la persistencia del temblor. Así, Causticum, Alimuna y Mercurius se encuentran entre las soluciones habitualmente recomendadas para superar los temblores acompañados de paresia, atrofia o anquilosis.
Temblores acompañados de fatiga
En algunos pacientes, el temblor puede ser un signo revelador de fatiga generalizada o astenia física y psicológica. El zincum metalicum se puede utilizar para tratarlo y combinarlo con otros remedios, especialmente si el temblor causa problemas musculares, cardíacos y respiratorios. En caso de fatiga psicológica comprobada, seguida de depresión, Hyosciamus niger es el remedio eficaz, especialmente si el temblor está precedido por una sobreexcitación en el paciente que se manifiesta como agresividad o deambulación.
¿Cuándo consultar a un médico?
Solo un médico puede determinar qué tipo de temblor es realmente, por lo que es importante consultar a un médico ante los primeros signos del trastorno. En cuanto a los tratamientos, el consejo de un médico homeópata es de gran ayuda con respecto a las dosis y el número recomendado de dosis. Además, cada caso de temblor debe tratarse con los remedios adecuados y de acuerdo con una dosis muy precisa.