La pitiriasis rosada es una enfermedad dermatológica bastante común que afecta a personas de entre 10 y 30 años, con mayor frecuencia mujeres. Hasta la fecha, aún no se ha determinado si la patología es de origen viral o bacteriano. La pitiriasis ocurre con mayor frecuencia en otoño y primavera y es más rara en verano. Aunque no es muy contagiosa y benigna, esta enfermedad necesita tratamiento.
Síntomas de la pitiriasis
Generalmente, el primer síntoma de la pitiriasis es la aparición de un medallón de 2 a 5 cm de diámetro. Este medallón tiene una zona central en relieve o arrugada rodeada por una zona roja y bordeada por una fina piel blanquecina. Llamado la "placa de Brocq inicial", este medallón aparece principalmente en las extremidades o el tronco, pero también puede estar ausente. Al cabo de unos días, aparecen pequeñas manchas rojas en la espalda, los brazos, las manos y el pecho.
Cuando
la pitiriasis se manifiesta como la aparición de micosis exfoliante a grandes escalas o si la piel está seca y el paciente siente picor, se recomienda combinar Arsenicum iodatum 9 CH con Sepia 5CH, a razón de 3 dosis de 3 gránulos por día. En caso de que las escamas sean más finas, el remedio indicado es Arsenicum album 5 CH. En el caso de que el paciente experimente picor, es necesario administrar Graphites 15 CH. Cantharis 5 CH es adecuado para tratar la enfermedad si hay ampollas o si la capa superficial de la piel está arrancada. Berberis vulgaris 5 CH también está indicado para el tratamiento de la enfermedad. Debe tomar 5 gránulos, 2 veces al día, hasta que la erupción desaparezca.
¿Cuándo consultar a un médico?
Es necesaria una consulta médica para los diabéticos con pitiriasis. Del mismo modo, si el paciente padece, además de pitiriasis, una alteración del sistema inmunitario, es fundamental consultar a un médico. Si el paciente también sufre de mala circulación en las extremidades, es necesario consultar a un médico. Además, una extensión de las lesiones a pesar de la administración de remedios homeopáticos requiere una consulta médica. Del mismo modo, si las lesiones son antiguas, dolorosas y supurantes, o si hay una recurrencia, el paciente debe consultar sin demora a un médico que prescribirá el tratamiento adecuado.