Bastante común, sobre todo a partir de los cincuenta años, el vértigo es una condición que hace que la persona afectada se sienta desequilibrada. Así, cuando se produce el vértigo, todo parece girar, oscilar y moverse a tu alrededor, incluso con los ojos cerrados. En el sujeto afectado, el sistema vestibular, que corresponde al órgano del equilibrio, se altera, lo que da lugar a la aparición de vértigo.
¿Cómo se manifiesta el vértigo?
Es posible distinguir varios tipos de vértigo con diferentes orígenes. Sin embargo, sea cual sea el origen, el vértigo provoca un trastorno del equilibrio más o menos importante. Las sensaciones que se sienten pueden ser temporales o ir acompañadas de problemas de visión, así como dificultades de coordinación en los músculos. Por último, en algunos casos, puede aparecer dolor en los músculos del cuello y la espalda.
¿Qué tratamientos homeopáticos se deben adoptar en caso de vértigo?
Independientemente del tipo de vértigo observado, es recomendable tomar 5 gránulos de Phosphorus 9 CH cada hora, desde el inicio del ataque. Para un tratamiento a largo plazo, es posible limitarse a 3 gránulos dos veces al día. Para una mejor eficacia terapéutica, se recomienda combinar Fósforo con la ingesta de Bryonia alba 9 CH, a razón de 5 gránulos cada hora.
Si los mareos se acompañan de náuseas, vagotonía o vómitos, se aconseja el Cocculus indicus. Si el vértigo se caracteriza por rotaciones de la cabeza, entonces es preferible optar por Conium maculatum, mientras que en caso de gran intolerancia al ruido, el remedio más adecuado es Theridion curassavicum. Por último, si el vértigo empeora al despertar, Cocculus Alumina será mucho más eficaz.
¿Cuándo consultar a un médico?
Si el vértigo se acompaña de pérdida de audición, visión borrosa, dificultad para caminar u otros síntomas neurológicos más o menos graves, es imperativo consultar a un médico de inmediato. Del mismo modo, si a pesar del tratamiento homeopático los síntomas persisten, se recomienda acudir a un profesional de la salud para determinar el origen del trastorno. En algunos casos, puede empeorar y provocar accidentes cerebrovasculares.